»Dios amó tanto a la gente de este mundo,
que me entregó a mí, que soy su único Hijo, para que todo el que crea en mí no
muera, sino que tenga vida eterna.


martes, 20 de marzo de 2012

LA CONSTRUCCION DE UNA IGLESIA FUERTE

LA CONSTRUCCION DE UNA IGLESIA FUERTE
tijuana ..camino de profetas !!!!


LA CONSTRUCCION DE UNA IGLESIA FUERTE

La solidéz de la edificación de una iglesia va mucho más allá de sus cimientos y muros de concreto, ¡qué fácil sería levantar una congregación fuerte! Su éxito tampoco depende de un pastor carismático, se requiere de todo un equipo de personas con un corazón entregado a la obra y el servicio a Dios.

A menudo los pastores nos vemos obligados a ser el "todólogo" que mantiene las riendas muy cortas para llevarlo todo, después de todo: "Al ojo del amo, engorda el caballo", pero esa es una táctica que solamente limita el avance de la iglesia y el desarrollo de su liderazgo.

Frente de la casa de un servidor se está construyendo una linda casa. A través de los meses he observado que esa ha sido una labor de muchos equipos diferentes. Primero llegaron para poner las formas que establecen los límites de la plancha de cemento sobre la que se sentaría la casa, luego apareció el equipo de excavación para abrir las zanjas del drenaje y los cimientos. Después llego otro equipo que colocó el drenaje y uno más para poner los tensores donde vaciarían el concreto. Ya que eso estaba listo, llegó otro equipo a vaciar el concreto. Enseguida apareció el equipo de estructura y después los que pusieron estuco, los de insulación, los de tablaroca, los de ventanas y puertas, los electricistas, los plomeros nuevamente, los techeros, los instaladores de pisos y alfombras, los instaladores de muebles de cocina y así suscesivamente. Todo esto para una casa en la que habitará una sola familia, ¡cuantos no se requerirán para una iglesia sólida y efectiva!

Como pastores necesitamos dar lugar a las personas que Dios añade a nuestra congregación para que desarrollen sus dones y talentos y permitir que TODOS sirvan. Mientras más gente podamos involucrar en el ministerio, más podremos crecer.

Una sola persona podrá construir un cuartito de madera o de cartón, pero no toda una casa. Un pastor solo podrá levantar una obra pequeña, pero no una iglesia creciente y viva.

Levantemos líderes y colaboradores, demos lugar para que otros ministren y nos ayuden a edificar el cuerpo de Cristo.